10/01/2018 0
Así, la presión de los inversores y accionistas, los planes agresivos de internacionalización, la diversificación sin sentido, la sobre expectación… desembocan en uno de los errores habituales del fracaso de las empresas: no ser consciente de que a veces crecer por crecer te aboca al fracaso y aunque suene a redundancia ello te impida crecer de forma sostenida y estructurada.
Otro de los errores habituales es no contar con un buen equipo. Para ello, resulta indispensable llevar una buena selección de personal que conlleve tener los trabajadores adecuados con la cualificación necesaria y el compromiso y responsabilidad suficientes para mantener una calidad de servicio adecuada y una atención exquisita al cliente.
Hace casi veinte años, en el momento álgido de las primeras puntocom, las grandes inversiones en tecnologías innecesarias, en grandes sedes con todo tipo de extravagancias… llevaron a muchas de esas empresas a su desaparición. Y es que acometer inversiones en momentos inadecuados, que luego hipotecan tu futuro y te impidan evolucionar y desarrollar tu negocio es otro de los errores habituales. ¡Cuántos negocios rentables se han caído por gastos e inversiones desmesuradas e innecesarias que ha acabado con la tesorería de la empresa!
Otro factor que impide el crecimiento es no tener una buena marca ni trabajar por tener una buena reputación ni por los valores que quieres que te acompañen durante el desarrollo del negocio.
Un quinto error habitual que impide el crecimiento es la fijación de los gestores por una idea y su inmovilidad para cambiar. Así, no contar con una buena política comercial que te permita conocer el sector, atender a la demanda que generas y a adaptar tu producto o servicio a la evolución del sector en el ejerzas tu actividad, es una señal de que tu empresa no está preparada para crecer.
En sexto lugar, para poder crecer hay que crear el entorno adecuado para ello. Por eso, debemos disponer de unas instalaciones que favorezcan un ambiente de trabajo agradable, donde todos estén a gusto.
Por último, uno de los errores habituales que impiden el crecimiento de una pyme es la obstinación de sus directivos por querer hacer todo. Para crecer y perdurar hay que saber rodearse de buenos asesores jurídicos, laborales, tributarios para que nos eviten incumplir las normas o disposiciones legales.
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