La vuelta a las oficinas tras el verano y el inicio del regreso a la normalidad laboral ha sido un auténtico quebradero de cabeza para los departamentos de recursos humanos de las empresas, ya que por una parte han tenido que velar para que se sigan cumpliendo con las obligaciones de distanciamiento social, y, por otra, han tenido que ingeniárselas para seguir motivando a los equipos de trabajo.