Con la proximidad del final de año y el cierre de las cuentas de las empresas será habitual encontrar casos de estafas, cohecho y tráfico de influencias, delitos contra los trabajadores, delitos fiscales, falsificaciones y contrabando, delitos contra la propiedad intelectual, blanqueo de capitales…
Por eso, recordamos que todas las personas son responsables de sus actos u omisiones ante terceros, que se vieran perjudicados por estos, pudiendo en ocasiones, según la gravedad de los hechos, derivar en responsabilidades penales.
Pese a que la responsabilidad penal de las personas jurídicas no es un tema novedoso, la realidad es que pocas empresas, entidades o instituciones ponen en práctica políticas de control interno, conocidas como políticas de corporate compliance.